Este cuento de Juan Rulfo comienza con un curioso epígrafe, consistente en una cita de un corrido popular, que dice “Ya mataron a la perra, pero quedan los perritos”,   el cual parece anticipar al cuadro cruel y descarnado de la Guerra Civil   que quedó como secuela de la Revolución Mexicana, y que aun cuando esta se había dado por terminada, dejaba sus hijos, los cuales también someterían a México en la desesperación y la muerte, viviendo el eterno combate entre los “revolucionarios” o rebeldes y los federales. De esta forma,  el grito de “¡Viva Petronilo Flores!” colocando en guardia a los hombres de Pedro Zamora inaugura este relato . Acto seguido, tratando de averiguar de dónde viene ese rumor que parece río, los hombres de Zamora se despliegan para verificar a sus enemigos, dando lugar a un enfrentamiento, en donde estos últimos resultan superado en hombres, armas, balas y coraje. Con gran detalle, casi como de un guión de Cine se tratara,   Rulfo describ...
 
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